Vivir el momento presente

La vida cambia en un instante:

Desde aquel 11 de marzo del 2020 nuestras vidas cambiaron. De repente el coronavirus nos puso en un lugar que ninguno esperábamos. Norbert y yo tuvimos la suerte de poder irnos de la ciudad de Barcelona y apartarnos un poco de tanto caos en los principios de este virus (acordaos que les conté una parte en otro post).

Decidimos irnos a nuestra segunda residencia en el Vall de Ribes. Un lugar hermoso, específicamente en Ribes de Freser, una maravilla de pueblo, siempre fui una enamorada de todo este valle.

Rodeados de montañas, árboles, naturaleza, ayuda a sobrellevar un poquito el caos mental que nos vamos haciendo cuando los miedos acechan.

Al principio sólo pensábamos que estaríamos los meses necesarios hasta que se estabilice todo un poco. Pero a medida que el tiempo pasaba nos fuimos dando cuenta que no queríamos volver a la gran ciudad. Norbert lo tenía más fácil porque la pandemia lo ayudó a reenfocar su trabajo y se dedicó a hacer cursos online en vez de presenciales, y le va mejor de lo que pensaba.

En cambio yo tengo más posibilidades de trabajo en Barcelona, pero bueno hay que empezar a labrar cimientos y poco a poco ir armando también mi proyecto. Seguramente aquí todo me cueste más, a veces es necesario salir de la zona de confort por decirlo de una manera y respirar aire renovado, fresco y así el alma rejuvenece nuevamente.

Aquí hemos encontrado la paz que necesitábamos para poner el freno de mano al ritmo de vida acelerado que te va enganchando cada día un poco más, sobre todo en las grandes ciudades como ésta.

Hoy respiro aire menos contaminado de la gran ciudad, escucho por las mañanas los pajaritos y el mugir de las vacas que me despiertan en vez de los sonidos estridentes de los coches.

Cada respiración es un regalo de la vida

Aquí la gente parece más atenta, es un pueblito pequeño con 1700 habitantes más o menos. Por supuesto no todo es color de rosa, también tiene contrapartida: nuestros amigos están lejos, aquí estamos más solos, no hay muchas ofertas de ocio, aunque ahora tampoco es relevante, pero bueno a nosotros nos sigue compensando.

Ayer ya hicimos el cambio de residencia, un giro de 180 grados, y estamos muy contentos.

Muchos amigos y familiares nos preguntan sorprendidos si estamos seguros y ellos mismos formulan sus dudas: «y si no encuentras trabajo?, ¿tanto silencio no os aburrirá?¿Pero allí que van hacer?¿no han tomado una decisión apresurada?».

Si yo pudiera responder sus reclamos estaría adivinando el futuro, tendría trabajo asegurado, jeje.

Los seres humanos siempre estamos prestando atención al futuro o al pasado: antes era mejor, el futuro puede complicarse, ahora no es el momento, tal vez más adelante, mejor quedarse como estabas, después de las fiestas, antes del verano…

Pero la vida es eso que pasa delante de nuestras narices, ese instante que respiramos, el resto o ha pasado o nunca pasará porque el futuro no ha llegado y el pasado no está. Si algo nos ha enseñado esta pandemia es vivir en el hoy, lo único que importa en definitiva.

Porque la importancia de vivir en el hoy y en el ahora no son sólo palabras, hay que trabajarlo y aplicarlo y eso lleva constancia y esfuerzo, porque estamos acostumbrados a viajar en el tiempo como si fuéramos una gran máquina.

Nosotros esperamos que nos vaya lo mejor posible y sino ya se verá según lleguen las cosas.

Yo no sé lo que pasará ni siquiera dentro de un minuto, y si el pasado era mejor porque eso ya no existe, lo único que puedo decir es cómo me siento ahora con esta decisión, y os aseguro que genial.

Hay una escritura de Lao Tse que me encanta y que quiero compartir con vosotros para que analicéis realmente sus palabras tan ciertas, y tan reales. Os pondré solo una parte.

A mí realmente me pareció muy acertado y me vino de maravilla para invitarles a leer a todos aquellos que nos hacen tantas preguntas de nuestro cambio de vida, para que de alguna manera puedan despreocuparse por nosotros, porque realmente somos ya afortunados de poder elegir esto hoy, el resto es incierto. Aquí lo dejo:

Si estás deprimido, estás viviendo en el pasado.

Si estás ansioso, estás viviendo en el futuro.

Si estás en paz, estás viviendo en el presente.

Todo momento es frágil y huidizo.

Por hermosos que sean, no pueden conservarse los momentos del pasado.

Por gozosos que sean, no pueden guardarse los momentos del presente.

Por deseables que sean, no pueden atraparse los momentos del futuro.

Pero la mente se desespera por fijar el río en su lugar; poseída por las ideas del pasado, preocupada por las imágenes del futuro, pasa por alto la simple verdad del momento.

Quien pueda disolver su mente, descubrirá de repente el tao a sus pies y tendrá la claridad a mano. El tao no va y viene. Está siempre presente en todas partes, lo mismo que el cielo…

Bueno algunas cositas más de mí, para sentirme un poquito más cerca de todos. Nos vemos en el próximo post!

Namaste

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