¿El yoga lo cura todo?

Este 2020 no ha empezado como nos hubiera gustado a cualquiera de nosotros, me parece que fue ayer cuando pedí los deseos en año nuevo, y de repente todo cambió, de un día para otro, bueno como la vida misma.

En un segundo puede cambiar tu realidad, es verdad, pero claro, nadie esperaba que una pandemia llegara a nuestras vidas.

Para mí no resultó nada fácil, empecé con un resfriado en marzo y claro al principio pensé que era algo normal pero pasaban los días y no se iba, es más me sentía peor.

Cualquiera que me llamaba por teléfono o escribía me decía: ¿aún lo tienes? uy, ¿no será que tienes el coronavirus?.

Y claro la cabeza comienza a trabajar, alarma.

Cada día me sentía peor, así que no quedó otra que llamar al teléfono abierto para sospecha del coronavirus.

Todos los días me llamaban del ambulatorio, pero al no tener fiebre ni tos, pues no querían atenderme físicamente, me decían que podía ser coronavirus, pero no lo tenían claro, así que pensaron que podía ser alergia y durante dos meses estuve sin salir de casa. Por suerte Norbert hacía las compras en el súper, me tomaba algo para la alergia que me recetaron, agregando luego gotas nasales, baños con agua y sal en las vías respiratorias, en fin….

Pasaban los días y nada, hasta que un día me sentía fatal y fui al hospital, radiografía de pulmones, lo primero que te hacen, pero ni rastro de hacerme el test famoso, me dijeron que no podían mirarme la garganta, ni acercarme demasiado. Yo flipaba, estaba en un hospital en Barcelona, y uno de los médicos me dijo en algún momento de esa irrealidad que estaba viviendo, tal vez lo que tangas es ansiedad, recuerdo que eso me enfureció aún más y le contesté, «soy profe de yoga, no puedo tener ansiedad».

Él me respondió diciendo: nosotros somos médicos y la tenemos a veces también. Me fui de allí indignada y sintiéndome igual de mal que antes. Ya habían pasado dos meses, casi tres, y por suerte consultaba con mi cuñada en Madrid que ella es médica y de las buenas. Pero claro por teléfono se complica dar diagnósticos y a pesar de ello dio en el clavo.

Un día dije basta y hablé con un médico privado por videoconferencia, un especialista de nariz, boca y garganta, que raro era hablar así con un profesional, pero a esas alturas ya lo tenía claro.

Enseguida pagando conseguí que alguien me hiciera caso, y lo primero que me dijo «hay que descartar si tienes o no coronavirus y luego un TAC para ver si tienes sinusitis o alguna enfermedad en las vías respiratorias altas».

Al otro día ya estaba en la clínica, me hicieron todo junto, analítica, PCR, y TAC, otra de pulmones, en fin, el pack completo, por supuesto dejándome un pastizal, pero me daba igual era mi salud.

A los tres días ya sabía que no tenía el coronavirus, sino una sinusitis infecciosa, un mes de antibióticos, que claro había avanzado ya que estuve dos meses dando vueltas. La culpa no era de los médicos sino de una sanidad recortada, con falta de medios y colapsada sin saber aún por dónde tirar.

Qué pasó luego, que todo ese estrés, esa incertidumbre que pasé, se convirtió en ansiedad. La sinusitis ya no estaba pero me acompañaba algo más difícil de solucionar.

¿El yoga lo cura todo? NO. No es verdad.

Siendo profe de yoga aún sigo tratando esa ansiedad, es verdad que con la práctica y la meditación se calma bastante pero a veces no es suficiente.

Y digo esto porque muchas personas me escriben preguntándome por qué no se les va la ansiedad haciendo yoga.

El yoga sin actitud y sin unión de mente y cuerpo no es yoga, pero claro cuando se sufre ansiedad el cuerpo dice una cosa y la mente otra distinta. Por eso a veces necesitamos un apoyo de algún profesional para ayudarnos a volver a conectar el cuerpo con nuestra mente. Nuestra mente nos pone a prueba, y nos juega una mala pasada.

Con esto quiero decir que el yoga no hace milagros pero sí te ayuda mucho, es una herramienta que nos ayuda a estimular el sistema inmunológico y a manejar mejor los problemas físicos y mentales para estos momentos difíciles que estamos viviendo.

Es beneficioso para nuestra salud, y en esos momentos de ansiedad brutal algunas asanas, la respiración, relajación y meditación constante, son nuestros mejores amigos.

Todos deberíamos hacer yoga desde pequeños hasta el final de nuestras vidas, porque realmente cuando entiendes el objetivo de él, vives muchísimo mejor contigo mismo y por ende con los demás.

Pero el yoga no lo cura todo, somos nosotros quienes debemos curar nuestro interior y nuestro físico a través de él, esa es la diferencia y para ello necesitamos también tener buenos hábitos, una alimentación saludable, dormir bien, una buena hidratación, ni alcohol ni tabaco, hacer mucho yoga, en fin un estilo de vida saludable.

El yoga no cura enfermedades, no es una medicina, ni un tratamiento, pero puede ayudarte a aliviar muchos dolores, a dormir mejor y a controlar momentos de ansiedad.

Pero no me gusta escuchar por ahí que el yoga todo lo cura y lo puede.

Recuerda

El yoga es una herramienta que no debe faltar en nuestras vidas pero hay que llamar las cosas por su nombre.

Namaste

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