Al meditar mi mente se dispersa, ¿será que no lo sé hacer?

Esta es una de las preguntas que se hace la mayoría de las personas cuando comienzan con la meditación. Muchas de ellas se dan por vencidas y dicen que la meditación no es para ellas, porque son incapaces de aquietar las fluctuaciones de la mente.

Es muy importante aclarar en cada clase de meditación cuál es el objetivo. Nuestra mente no para, va saltando como un mono de pensamiento en pensamiento, se dice que tenemos aprox. 80.000 pensamientos al día, por lo tanto pararlos no es una tarea muy sencilla.

Nuestro objetivo cuando meditamos debe ser claro:

¿Qué debemos hacer?

Lo primero es estar en un lugar tranquilo, y sentarnos correctamente con nuestra espalda recta, pelvis neutra, hombros relajados y las manos en nuestra rodillas. Si ya no te encuentras cómod@, será imposible que lo hagas bien. Así que te recomiendo que uses cojines debajo del culete o lo hagas en una silla, eso sí, asegúrate que tu espalda esté erguida. Cierra tus ojos….

Y conecta con la respiración para estar en el momento presente, tu cuerpo está relajado, observa esos pensamientos que te vienen a la mente pero sin quedarte en ninguno, no te aferres a ellos.

No se trata de dejar nuestra mente en blanco, sino ser un observador del ruido de nuestra mente. Observar como surgen nuestros pensamientos, un ejemplo que me gusta decir siempre es como ver pasar una manada de pájaros sin perder la consciencia del cielo en el que vuelan.

Bueno no sé si te sirve este ejemplo pero en definitiva cuando comienzas a meterte en este mundo tan extenso de la meditación no te sientas frustrad@, no lo estás haciendo mal, simplemente como en todas las cosas de la vida para aprender hay que tener paciencia, constancia y poco a poco costará menos aquietar a la mente.

Recuerda que para no engancharte a ningún pensamiento, debes llevar la atención a tu respiración, que es el momento presente, por eso se insiste tanto en enfocar la mente allí.

Si todos los días practicas 5 o 10 minutos, verás como comenzarás a ver sus beneficios, mayor claridad mental, con más energía y bienestar general.

Recuerda que no tienes que luchar contra nada de lo que te surja, ya verás como poco a poco controlarás a tu mente.

Quién conquista a otros es fuerte: más quien se conquista a sí mismo es poderoso.

Lao Tsé

Namaste!